Como piensas, creas.

Romanos 12:2

No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.

Y ahí estaba yo, tirada en el suelo llorando, luchando por cambiar mi vida y luchando con los pensamientos negativos que venían a mi mente como terroristas en aviones que yo dejaba aterrizar y sí que lo estaban logrando. Constantemente me sentía agotada, frustrada y enojada. ¡Y claro! ¿Cómo no? Si mis pensamientos estaban al mil por uno, creando historias y las sentía como reales, sentía el enojo, la ira y la frustración por esos pensamientos que no eran reales.

El campo de batalla es nuestra mente. Como piensas, creas y cómo compruebas la voluntad de Dios, que es buena, agradable y perfecta, sin renovar nuestra manera de pensar. Tus pensamientos del pasado, la culpa y la vergüenza te atan. El pueblo de Israel duró 40 años en el desierto por la manera de pensar de esclavitud, de queja, de murmuración. ¿Por qué no renovaron su mente? Se quedaron en la misma manera de pensar que tenían en la esclavitud.

Yo conocía muy bien sus promesas, pero no dejaba que se sembraran como semillas en mis pensamientos. En ese momento de desesperación, pude sentir su presencia y su voz tan suave que me decía: fija tu mirada en mí, en mis promesas, declara mis promesas sobre tu vida, piénsalas. Sentí cómo dentro de mí todo cambió, sentí esperanza y tomé acción. Desde entonces, pongo mucha atención a mis pensamientos, hago declaraciones sobre mi vida y pego promesas y afirmaciones por todas partes en mi casa. También empecé a cuidar cómo me estaba alimentando, lo que veía y escuchaba. De la misma manera que tratamos de cuidar lo que comemos, es de la misma manera que tenemos que cuidar lo que entra a nuestro espíritu y alma por medio de lo que miramos y escuchamos. (Créeme, cambió mi vida para siempre).

Renovar la mente lo logras de manera intencional, pensar lo que piensas, sí, se escucha raro pero esa es la manera. Cada vez que venga un pensamiento negativo, reemplázalo, haz caso omiso de él. Solo cambia la historia, reemplázalo con otro pensamiento positivo. Usualmente hacemos historias y suponemos cosas por un solo pensamiento que llegó a tu mente. Tus pensamientos crean una emoción y tu emoción, tus palabras y tus palabras tu realidad.

¿Cuántas veces te sientes cansada, enojada, triste y malhumorada solo por un pensamiento que dejaste que aterrizara y lo sentiste tan real en tu cuerpo? El enemigo constantemente te va a lanzar aviones o semillas. Tú le das el permiso de entrar.

Todo empieza en tu mente. En lo que te enfocas, se expande, y si te enfocas en pensamientos de tragedia, de murmuración, de suposición, vas a vivir una vida de amargura y constante estrés y ansiedad. Por eso nuestro Padre nos dice: renueva tu mente para que puedas comprobar mi voluntad, que es buena, agradable y perfecta. En Filipenses 4:8 nos dice: por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Al renovar tus pensamientos, cambias tu vida y la de tus futuras generaciones. Tu cerebro se restaura al cambiar tus pensamientos y cambia tu ADN. Hay esperanza, toma el timón de tus pensamientos. Respira, medita, calma tu mente y conéctate contigo y con la fuente de vida.

Te dejo con este ejercicio: por los próximos 30 días, piensa lo que piensas y cada vez que un pensamiento negativo llegue a tu mente, reemplázalo por uno positivo, de buen nombre, agradable y amable.

Oración:

Espíritu Santo, te pido que me ayudes a identificar cada pensamiento que llega a mi mente. Te pido que me ayudes a renovar mi mente. Dame ese bálsamo de sanidad en mi subconsciente y mente, pon tu mano sanadora y de protección sobre mi mente. En el nombre de Jesús, amén.

Elissa Massiel | Mentora en sanidad emocional | Mujer Activa tu poder internacional

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